Qué más quisiera yo que no comer carne ni por error, pues esta es una decisión que personalmente he decidido tomar, qué más quisiera yo, que ser fiel a los principios que tan arduamente pretendo tener, dejar las debilidades de lado todo eso que a mí misma me limita y no me deja caminar hacia adelante. Es una verdadera lástima ahora que lo digo, porque este sentimiento de culpa me nace más cuando la gente me molesta por comer un poco de carne, hablándome de la falta de moral hacia mis principios por hacerlo, mientras que, las veces que por cualquier razón decido seguir mis ideales y dejar de hacerlo, también las personas me molestaran.
Desde que tengo recuerdos como estudiante universitaria me he empeñado constantemente en limitar mi alimentación, sacando de mi dieta las carnes, mas por cuestiones personales de convicción propia que por que este alimento no me gustara, sin embargo, sin comprender por qué, esto para mí se ha convertido día con día en uno de los retos más grandes de mi vida.
Admito y confieso que más de una vez, me he sentido sumamente deprimida por mi consumo de carne, que si bien, no es para nada alto, es siempre mayor al que espero, por dos cuestiones muy simples, desgraciadamente la primera no puedo decir en lo mínimo que sea de adentro hacia afuera, antes bien, es todo lo contrario, son puras cuestiones de la sociedad: es sumamente fuerte la presión de aquellas personas que siempre están buscando la manera de molestar sobre cualquier cuestión que se me ocurra (si a uno le gusta el café con leche y un día decide tomárselo negro, a la gente le gusta hacer una revolución completa, ¿es difícil comprender que a veces, hasta los más blancos o negros necesitan un poco de gris a la vida solo para darle color?).
Mientras que la segunda cuestión, es realmente por ese sentimiento de debilidad que me embarga al recordarme que no puedo ni siquiera enfrentarme a mí misma para no ceder ante mi gula personal (la parte triste de este asunto, es que no se cuál de las dos es más fuerte, si la presión social o la personal)
Mientras que la segunda cuestión, es realmente por ese sentimiento de debilidad que me embarga al recordarme que no puedo ni siquiera enfrentarme a mí misma para no ceder ante mi gula personal (la parte triste de este asunto, es que no se cuál de las dos es más fuerte, si la presión social o la personal)
He comenzado despacio a dejar de comer carne, llevo ya intentándolo más de tres años, sin embargo, aun pese a mi fuerza de voluntad que siempre ha sido bastante grande, y mi fuerte capacidad de rechazo hacia la carne, por una u otra razón terminare haciéndolo y causándome conflicto por eso. De hecho para ser correcta, hace un par de días me causaba un verdadero conflicto, sin embargo no por no respetar mis ideales, sino porque por mi determinado grupo sanguíneo, químicamente mi cuerpo lo requiere e incluso lo exige ( Mas no mis ideas personales).
Dado todo lo anterior, dentro de lo cual, se dijo (como siempre) mucho y nada a la vez, está más que una confesión, se convierte en un reclamo y un fuerte grito de demanda hacia todos aquellos que, coma o no carne, parece que están más al pendiente de mi alimentación que de la propia, como si a los demás esto fuera a hacerles algún daño. Por lo tanto, de hoy en delante, he decidido dejar de ser “vegetariana” pues ya me canse de dar explicaciones a gente que de todas formas me va a dar lata por aquella cuestión de los ideales, los cuales son tan firmes como ayer y como espero lo sean mañana, sin importar que por cuestiones químicas coma o no carne: estoy en contra del maltrato animal
por eso procuro no comer carne, no usar cosas de piel, pero sobre todo, no pretendo convencer a nadie de mis ideas, por que respeto a los que no piensan lo mismo que yo...
lo cual me hace EXIGIR EXACTAMENTE LO MISMO