La estupidez de tus ojos en aquella fotografía me pregunta si te extraño, para serte sincera, le respondí que no, que ¿Quién podría extrañar a alguien que no siente?, le conteste que desde hacia mucho había dejado de extrañarte, por que simplemente, hacia mucho que no estabas…
Hoy, en contra de mis propias fuerzas, me temo que es momento de admitir lo contrario, he de admitir que extraño cada detalle de ti… por que, a pesar de no estar físicamente a mi lado, siempre estuviste en espíritu, y eso es más de lo que podría ser de parte de cualquiera.
Hoy, cierro los ojos y miro los tuyos, miro tus brazos, tu cuerpo, tus marcas, tu sonrisa, tus labios y tu eterna paciencia, y descubro que he perdido mucho más de lo que he ganado.
Descubro que, por mas que odie y odiare admitirlo siempre… tenías razón…
Dios mío!, como extraño tu maldita sonrisa, y esa manera perfecta en la que podía acomodarme en tu regazo y que simplemente el mundo girara sin importar nada, por que estaban tu boca para decirme que todo estaría bien.
¿hay alguna solución para tragarme cada una de mis palabras y volver a comenzar?