domingo, 24 de julio de 2011

a mis compas...

Confieso con todas las letras del mundo, que estoy perdidamente enamorada, completa y feliz, con ese sentimiento de saciedad que muy pocas veces se da en la vida…
Estoy perdidamente enamorada de todos mis amigos que no me abandonan nunca, que me aguantan y me soportan con todo y mis “rarezas” sin importar que en mi mundo, y solo en mi mundo las cosas funcionen, aunque la realidad me pinte diferente camino, camino que me recuerdan como debe de ser.
Gracias a todas esas personas que hacen que mis días sean diferentes, que me hacen sentir valiosa por lo que soy y no por lo que me falta por ser, gracias a aquellos que me recuerdan que aun soy un ser en evolución y que me ayudan a evolucionar, o que a veces, evolucionan a mi lado.
Gracias a quienes depositan un gramo de confianza en mi y me hacen convertirla en un kilo, pero sobre todo, gracias a todos los que se han ganado mi confianza, haciéndome caer en cuenta de lo mucho que necesitaba no quedarme con las cosas, gracias, por no dejarme pudrir en mi soledad y hacer mas llevadera cada lagrima derramada por algo que al final de cuentas entendí era una estupidez. Gracias por no permitir que me ahogara en un tequilero con agua.
Me siento muy feliz en esta etapa de mi vida, en la que simplemente me basta mirar un poquito arriba para observar que siempre hay alguien que me procura, me quiere y me cuida, dejándome ser yo, aunque a veces les parezca extraña o tonta.
Muchas gracias también a todas las personas que no me dejan desaparecerme del planeta para caer en los hoyos que ya muchos de ustedes conocen de memoria, pero que a su ves, me dejan sentarme en mi cama a reflexionar y escribir para ustedes palabras como estas. Mientras que a su ves, quiero pedir de corazón, una sincera disculpa, a todos los que por alguna u otra circunstancia he dejado abandonados, a pesar de que me buscan, se que mas de uno se va a sentir identificado con este comentario, pero en realidad, quiero pedir una sincera disculpa por eso, sobre todo por que si a cada una de las personas que se identifican con esto pudiera hacerles una gran fiesta en honor a su amistad, con gusto serian los festejados…
Y, de una u otra manera, se van haciendo vagabundos de esta vida conmigo, enseñándome a sentir la “vida bohemia” de una manera que nunca imagine, arreglando el mundo desde una pequeña trinchera, observando la ciudad para enamorarme de ella, regresando a mis principios vegetarianos… regresando a la parte que me gustaba de mi y estaba perdida, pero sobre todo, convirtiendo la parte amarga de mi, en buena vibra que ya no tiene la capacidad de odiar o envidiar a aquel que es mas feliz que yo.
A aquellos que se van por el mundo y me traen un pedacito... per
A las personas que he conocido en todos los caminos de mi vida (estube a punto de señalar cada uno, pero no quiero dejar pasar a nadie), simplemente, muchas gracias por estar conmigo. Los amo.
Por que se que no soy lo que muchos esperan de mi… pero gracias a todos ustedes, hoy soy mas de lo que yo esperaba de mi… y eso, es genial :D
Gracias por caminar conmigo.

sábado, 16 de julio de 2011

Al otro...

¿Que tan cierto puede llegar a ser el echo de que alguien nos enseñe a ser de determinada manera?, ¿no será mas bien que somos nosotros los que aprendemos de las situaciones que día con día se nos presentan? ¿Qué relevancia tiene que sea determinada persona la que esta con nosotros al momento del aprendizaje?
Últimamente, una serie e sucesos me han llevado a diferentes reflexiones con respecto a la relación que tenemos con el otro y el papel que este tiende a jugar en nuestras vidas sobre todo con respecto a nuestra percepción del mundo, el papel que cedemos al otro desde aquel que es nuestra pareja por determinado tiempo, hasta aquel que nos topamos un día en un viaje en el autobús y no volvemos a ver nunca del cual, curiosamente podríamos aprender mas que del maestro que tras un escritorio pretende mostrarnos al mundo.
Es decir, muchas veces le echamos la culpa (sea algo bueno o malo) a las demás personas sobre lo que nosotros somos de nuestra vida, hacemos responsable al prójimo de nuestras victorias o errores, aunque también sucede  al revés, nos echamos la culpa sobre lo que al prójimo le sucede, sin tomar a consideración que las decisiones al final, somos nosotros los que las tomamos, es cierto que podemos hacerlo bajo determinadas influencias pero son solo eso precisamente, influencias por que al final de cuentas, si me hiere el otro, es por que nadie mas que yo pretende lastimarse con lo que haga, es por que yo tome la decisión de sufrir por las decisiones del otro, es mas como decir, yo me hiero usando al otro como cuchillo. Y por mas duro que suene, así es.
Esto a la ves sucede cuando la otra persona “nos enseña algo”, nada mas falso, pues he llegado a la conclusión de que no es que nos enseñen determinadas cosas, sino antes bien, somos nosotros los que a nuestra muy particular manera aprendemos por determinadas situaciones que la vida nos presenta através del otro. Sin importar realmente quien es el otro, nosotros le damos determinado papel en nuestra vida y nosotros extraemos de ese papel lo que mejor nos conviene y lo que pretendemos nos sirva para nuestro desenvolvimiento personal, suena a un concepto bastante egocéntrico ahora que lo veo, sin embargo, creo que es cierto y que es factible que cada quien lo reconozca, muy a su peculiar forma, pero lo reconoce.
La gente no va aprendiendo a unísono, aunque a varias personas les des el mismo platillo, a cada una le sabrá completamente diferente.
Mil veces nos topamos con esas personas que simplemente se dedican a dejarte hablar, sin importar que te escuchen o no, ese tipo de personas son las que “nos enseñan” mucho mas que casi cualquier otra, por que al dejarnos externar nuestro soliloquio nos hacen conocernos interiormente, sacar todo lo que tenemos para acomodarlo y volverlo a guardar, todo en su lugar.
Entonces, ese tipo de personas, son simplemente espejos en los que nos reflejamos día con día, no por que así lo deseen ellos, sino por que a nosotros se nos da la gana tomarlos así.
Particularmente, (y ahora que lo leo, creo que esta demás decir que es “particularmente” pues eso es obvio) me gusta sentir que al final del día, mas que aprender algo de alguien, por que me lo enseñe, quiero aprenderlo por que logre hacer una apropiación de la idea y aplicarla a mi vida para observar los resultados sin que nadie me los platique, que  a veces es bueno, y otras no tanto, eso es indiscutible, pero creo también que, por mi parte, es lo mas honesto.

  • 35.- me gustan los días nublados...
  • 36.- me gusta coleccionar fotos de viajes ajenos.