sábado, 23 de abril de 2011

el pequeño cuento de nunca acabar

Érase una ves un cuento de nunca acabar, eran A y B, A pretendía estar enamorado de B, sin embargo, B realmente estaba muy enamorado de A, no había nada en este mundo que pudiera interesarle mas a B que A…
Aunque en la realidad, A no sentía mucho a decir verdad, lo triste de este cuento de nunca acabar, es que B lo tenia muy en cuenta, B sabia muy bien que A no sentía ni siquiera un porcentaje digno de comentar en este hermoso cuento de nunca acabar en comparación con el cariño que B sentía por A…cuando A necesitaba algo, solo tenia que llamar a B con cuatro palabras que eran como el preámbulo de un conjuro digno de hacer un buen efecto, las palabras eran muy simples: oye mi amor podrías… y justo después de esto, A tenia la capacidad de pedir incluso que las estrellas mas hermosas fueran bajadas del cielo solo para ser colocadas en su almohada, cuando este hechizo iba con el postre de un beso, no había poder en este mundo capaz de impedir que los deseos de A fueran satisfechos.
La parte triste de todo este asunto, es que cuando B era conciente de todo lo que sucedía cuando A pronunciaba el conjuro mágico, podía incluso dejar cosas importantes para B como formar parte de canciones o nombres, simplemente por seguir fielmente a A en todo lo que necesitara. Cuando B se descubría atrapado en el hechizo, pretendía romperlo la siguiente ves, sin embargo, la siguiente ves sucedía lo mismo, sin embargo, un día B se convirtió sin querer en otra letra, la letra C, y se enamoro de otra consonante como ella, la  D, que le parecía sonreír simplemente con dos puntitos, y como si fuera  por consecuencia lógica, todas las letras se removieron un lugar, algunas cambiaron de pareja, mientras que otras decidían quedarse solas,  fue entonces, cuando casualmente, la Z se convirtió en A, y la A, tan enamorada quedo que en B se convirtió, pero al hacerlo, también comprendió tarde todo lo que hacia B en su vida, pues si bien ella iba en la palabra Amor, esto sin un Beso no saldría tan bien librado… pobre A, no supo lo que tenia hasta que no se puso en los zapatos de lo que tenia.
Tengo la certeza que podríamos fácilmente platicar de todo el abecedario y hacer este cuento infinito, pero también tengo la certeza de que en tan pocas líneas, varios de los que leemos esta historia nos descubrimos recordando cuando fuimos A o B, o tal ves, aun seamos cualquiera de estas dos letras, personalmente, me ha tocado ser ambas, supongo que es como un sube y baja… el sube y baja de las letras.
Lo triste será siempre ser A, recordar lo perdido y sentarse a llorar, descubriendo que el abecedario apenas inicia, y que lo mas seguro es que pasemos por todas las letras antes de llegar a encontrar lo que realmente nos corresponde.

30.      Creo en Dios, mas no en la iglesia
31.      Necesito pensar que Dios existe, por que, cuando todo va mal, es lo único que pudiera estar estable en el mundo

miércoles, 20 de abril de 2011

anonimo

Esta mañana cuando salí camino al trabajo, observe en mi auto un “mensaje amable”, el cual estaba escrito en media cartulina con mi nombre escrito en grandes mayúsculas y un par de líneas en letra mas pequeña y un menos legible, considerando ademas que mi vista no es muy buena, de lejos, no alcanzaba a leer lo que el recado decía, sin embargo,  por un instante, por mi cabeza paso la idea de la reacción romántica de la cual tengo esperanza suceda algún día, así que simplemente sonrrei de una manera ridículamente coqueta ante tan dulce detalle y decidi no darme mucha prisa para leerlo, ya que hay situaciones que uno debe tomarse la molestia de leer despacito, sobre todo cuando son cuestiones de amor, si uno se toma el tiempo de hacer cosas lindas hay que tomarse el tiempo de saborear esos detalles, como los postres, sin prisas y con cuchara pequeña.
Total que eso estaba yo pensando mientras regresaba a mi recamara por una chamarra y mi camara de fotos, sin embargo, estaba lamentablemente muy equivocada al respecto, ya que el mensaje, lo ultimo que traía era mi esperada reacción romántica, antes bien, traía una amenaza bastante incongruente, textualmente decía: te acabas de meter con la mujer que nunca debiste haber provocado.
Lo curioso es que no esta firmada, y que, según la composición, esta echa expresamente para que yo no descubra a la autora de tan peculiar amenaza, ya que, simplemente aquel que se esconde bajo las faldas de un anónimo, por lo menos para mi, ni siquiera llega a ser considerado alguien con la capacidad de hacer algo que valga la pena, simplemente por que no sabe hacer las cosas de frente.
Y es precisamente de eso de lo que quiero platicar en esta ocasión, no por que el papel me haya causado impacto con respecto al contenido pues nada debo y por lo tanto nada temo, de echo,  me causa impacto con respecto al  miedo que muchas veces tratamos de infundir en otras personas de una forma absurda, ya que, al pensarlo un poco… ¿acaso no es absurdo tratar de causar miedo demostrando que se tiene miedo?.
Me quede pensando en lo siguiente: si no se da el nombre, es por que no se quiere dar la identidad (es obvio), y ¿Por qué no querer dar la identidad? ¿por miedo? ¿Cómo pretendo infundir miedo entonces?...
Es mas, posiblemente logre infundir miedo, miedo a lo que coloquialmente llamamos “puñalada trapera”, lo cual, es mas cobarde aun, tener a una persona que odies tanto como para tomarte la molestia de ir a dejarle un recado casi a la puerta de su casa tan serca y no tener la capacidad de decirlo a la cara… me da bastante lastima.
Que lastima da la cobardia del anonimo, que triste es tragarse el odio y no decirlo de frente, pero mas deprimente aun, es amenazar con papelitos infantiles a gente que ni la debe, ni la teme…
Asi que, mi muy estimada anonimo, si lees lo que en esta ocacion esta publicado, solo me resta decirte que te encuentras en una triste situación, y que si tan bien sabes donde encontrarme como para ponerme recados, tambien sabes donde encontrarme para decirme las cosas en mi cara…
28.- odio los gatos
29.-cuando me enamoro... no me importa el mañana

miércoles, 6 de abril de 2011

CARAS VEMOS... MITOTES NO SABEMOS

Las palabras del titulo de esta confesión me resultan muy significativas, ya que, por un lado, son también las del titulo de la obra que mi grupo tiene a bien montar con motivo de una materia escolar (obra que esperamos, nos traiga bastantes triunfos no únicamente en la parte académica). Mientras que por el otro lado, me ha llevado a una reflexión, la cual dio inicio con las compañeras de mi grupo y finalizo con respecto a nuestra relación con el prójimo...
El punto es que justo cuando venia pensando en esta frase, comprendí muchas cosas, en general con respecto a mi grupo, que es verdaderamente admirable.
De una u otra manera, todas vamos cambiando sorprendentemente, por que la vida así es con nosotras, nos va poniendo trabas, algunas mas difíciles que otras, pero son trabas que nos han hecho madurar (bueno, a algunas ) de una forma inimaginable, al punto tal, que de las niñas que entraron a la carrera a lo que somos ahora, hay una diferencia inmensa. De los dos grupos que fuimos, al grupo que ahora somos, hay un mar de cambios que no imaginábamos que sucederían.
En nuestro caso particular, la gente de otros grupos nos considera mitoteras… ¿o nos consideraba?, por que, curiosamente es en esta temporada en la que si bien, menos me he parado por la escuela en horarios de clase (no es por pintera, sino por cuestiones escolares, lo afirmo por escrito), así que ya no se casi nada de lo que las personas pudieran decir con respecto a lo que ha sucedido en la escuela…
Creo que estoy divagando demasiado con lo que quiero decir…
En realidad me siento muy orgullosa de todas aquellas que se que tienen broncas feas en sus vidas personales, y, como decimos acá en el norte, “no rajan”… me da muchísima felicidad cuando tengo oportunidad de escuchar todos los mitotes que hay detrás de las caras de felicidad, tristeza o lo que sea que tengan mis compañeras, y observar que aunque se les caiga el mundo encima, forman parte del pedacito mas responsable de mi grupo, me da mucha alegría darme cuenta que no se detienen a llorar por lo que les pasa, sino antes bien, echan manos a la obra de lo que tengan que hacer, y lo sacan de una manera mas que excelente, me encanta observar que estoy en un grupo de mujeres profesionales que saben apartar su vida personal de su vida académica, pero que no pierden la sensibilidad de una amiga, y que cuando es tiempo de expresarse, sacan lo que necesitan sacar para poder caminar un poco mas y enfrentar a la vida con todo y lo que venga.
Me siento realmente muy orgullosa de verlas a todas cansadas y durmiéndose en clase, por que se que detrás de eso, hay un quemar de pestañas, no únicamente en el lado académico, sino también en el personal… me siento tan orgullosa de ver como se enojan cuando alguien llega tarde, por que todas estamos comprendiendo que el respeto al tiempo ajeno, es el respeto al tiempo propio.
Me siento orgullosa de pertenecer a mi generación, que si bien en muchas ocasiones fue un nido de víboras (y así lo digo, con todas sus letras) ahora es un grupo de estudiantes universitarias que tiene cosas mas importantes (ojo: no digo que no nos guste tirar chisme, digo que tenemos cosas mas importantes que usar nuestra capacidad de tirar veneno) que hacer que detenerse a comer prójimo para hacerle daño a la mala, por que entendemos que aquella que no madura en ese sentido, simplemente se quedara en el camino …
Me siento muy feliz de escuchar que a veces hay problemas personales muy feos en las vidas de mis compañeras, pero que son precisamente ellas, las que mas ganas le echan a lo que están haciendo, y que no esperan que se reconozcan diferentes por sus problemas, antes bien, se les reconoce que hagan su parte académica bien… para mi, es admirable.
Me siento muy contenta de saber que detrás de cada una de las caras de mi salón, hay un mitote tan grande que a veces no podemos deshacernos de el y lo llevamos, pero que cuando es hora de trabajar, nos guardamos nuestras penas y nos ponemos a trabajar, por que eso, simplemente se llama tener compromiso y saber ser un profesional…


  • Es muy probable que hasta cierto punto estas líneas no tengan el contenido que regularmente encuentran en este espacio, incluso que haya quien al leerlas me pinte de barbera con mi grupo… pero, sinceramente, no me importa lo que se diga cuando hablo con un sentimiento verdadero…