Érase una ves un cuento de nunca acabar, eran A y B, A pretendía estar enamorado de B, sin embargo, B realmente estaba muy enamorado de A, no había nada en este mundo que pudiera interesarle mas a B que A…
Aunque en la realidad, A no sentía mucho a decir verdad, lo triste de este cuento de nunca acabar, es que B lo tenia muy en cuenta, B sabia muy bien que A no sentía ni siquiera un porcentaje digno de comentar en este hermoso cuento de nunca acabar en comparación con el cariño que B sentía por A…cuando A necesitaba algo, solo tenia que llamar a B con cuatro palabras que eran como el preámbulo de un conjuro digno de hacer un buen efecto, las palabras eran muy simples: oye mi amor podrías… y justo después de esto, A tenia la capacidad de pedir incluso que las estrellas mas hermosas fueran bajadas del cielo solo para ser colocadas en su almohada, cuando este hechizo iba con el postre de un beso, no había poder en este mundo capaz de impedir que los deseos de A fueran satisfechos.
La parte triste de todo este asunto, es que cuando B era conciente de todo lo que sucedía cuando A pronunciaba el conjuro mágico, podía incluso dejar cosas importantes para B como formar parte de canciones o nombres, simplemente por seguir fielmente a A en todo lo que necesitara. Cuando B se descubría atrapado en el hechizo, pretendía romperlo la siguiente ves, sin embargo, la siguiente ves sucedía lo mismo, sin embargo, un día B se convirtió sin querer en otra letra, la letra C, y se enamoro de otra consonante como ella, la D , que le parecía sonreír simplemente con dos puntitos, y como si fuera por consecuencia lógica, todas las letras se removieron un lugar, algunas cambiaron de pareja, mientras que otras decidían quedarse solas, fue entonces, cuando casualmente, la Z se convirtió en A, y la A , tan enamorada quedo que en B se convirtió, pero al hacerlo, también comprendió tarde todo lo que hacia B en su vida, pues si bien ella iba en la palabra Amor, esto sin un Beso no saldría tan bien librado… pobre A, no supo lo que tenia hasta que no se puso en los zapatos de lo que tenia.
Tengo la certeza que podríamos fácilmente platicar de todo el abecedario y hacer este cuento infinito, pero también tengo la certeza de que en tan pocas líneas, varios de los que leemos esta historia nos descubrimos recordando cuando fuimos A o B, o tal ves, aun seamos cualquiera de estas dos letras, personalmente, me ha tocado ser ambas, supongo que es como un sube y baja… el sube y baja de las letras.
Lo triste será siempre ser A, recordar lo perdido y sentarse a llorar, descubriendo que el abecedario apenas inicia, y que lo mas seguro es que pasemos por todas las letras antes de llegar a encontrar lo que realmente nos corresponde.
30. Creo en Dios, mas no en la iglesia
31. Necesito pensar que Dios existe, por que, cuando todo va mal, es lo único que pudiera estar estable en el mundo
Letras, personajes...
ResponderEliminarHeeyy!! Que tengas un genialisimo día!
ResponderEliminarsabe no se si es bueno o no ser A o ser B, el punto es porque las personas sabiendose en situaciones complejas donde quiza no se le ama lo suficiente o como el desea, se presta a estar en esas situacion de este tipo para despues decir es k yo lo ame mas o el poko me amo, si eso no es novedad, creo k lo k uno sienta o deje de sentir debe ser problema de uno y de nadie mas, es decir no culpar al otro si nos va bien o mal. simple te amo pork kiero amarte y me dueles pork dejo k me lastimes...
ResponderEliminarJB