Cuando el insomnio te pega, una de las
mejores cosas que puedes hacer es aceptar que definitivamente no vas
a dormir, de esta manera, podras aprovechar el tiempo y la mañana
siguiente amanecer de buen humor por que mas alla de no hacer nada,
se hizo algo productivo.
Ultimamente, he sido victima del
insomnio de una manera bastante frecuente, y solo despues de ese
consejo he aprendido a valorar incluso el mal dormir.
Hay un mar de cosas que son como
mounstros insmniferos circulando por mi cabeza esta noche: deudas,
pagos, amigos, amor, desamor, trabajo, vacaciones, enemigos,
problemas, soluciones, graduación, futuro, pasado, presente y bom!,
mi cabeza se colapsa para dar pie a un infinito numero de
probabilidades donde cualquiera de las palabras se ligan para dar pie
a otra cosa mas complicada para pensar, supongo que por eso, lo unico
que me queda es escribir, para que al menos, esas palabras mezcladas
den algunas posibilidades que si bien, no me harán ganar el premio
nobel, al menos quedarán fuera de mi sistema, esta noche siento que fuera el comienzo de cerrar un ciclo, uno que no se como se debe terminar...
Dependemos de cerrar ciclos, tanto en
la parte buena, como en la parte mala, eso es lo que nos hace seguir
adelante, cuando estamos pasando por un mal ciclo, la esperanza de
que se termine es lo que nos hace levantarnos cada mañana,
convenciendonos un poco de lo cerca que estará el final. Mientras
que, cuando por el contrario atravezamos por una racha de cosas
maravillosas, el echo de saber que se terminarán es el que nos hace
seguir adelante, sin dejarlo, exprimir cada segundo antes de que
termine.
Somos ciclos: cada día, semana, mes ó
año es una porción de tiempo que tiene un principio y un fin, y
nosotros somos entes con metas a cumplir antes de que ese ciclo
termine (aunque las metas no siempre se cumplan, siempre estan ahí
para empujarnos a dejar de ser espectadores y comenzar a ser
actores). personas que nacen viven y mueren, principio, meta y fin
estamos echos de frases como: todo lo que empieza tiene que acabar,
ó, “esto tambien pasara”, eso es lo que nos hace efimeros, es lo
que nos hace humanos, es lo que nos hace vivir (ya parezco Adela
Micha)
Sin embargo, no seria nada de nosotros
si cada uno de esos ciclos no fuera complementado con las personas y
experiencias correctas que en su complementación personal tambien
tienen algo para darnos, desde aquellas que viven un ciclo con
nosotros, hasta aquellas cuyo ciclo termina mientras pasamos el
nuestro.