sábado, 29 de enero de 2011

de dichos y refranes...

Hoy en clase estuvimos platicando sobre la magia de los dichos y refranes populares, y su impacto a nivel social reflejado incluso en las obras dramaturguitas latinoamericanas y mas precisamente mexicanas…
Pues bien, mi padre, siempre ha sido una persona que utiliza este tipo de alegorías para dar a expresar lo que siente o lo que piensa… incluso, hace algunos años, tendía a avisar que diría un dicho, para después, simplemente no decir nada.
Al respecto, creo que poco a poco he ido heredando esa forma de ser, pues muchas veces, termino parafraseando la vida misma, si bien no en refranes, en canciones, poemas, citas, o lo que se me ocurra, incluso, a veces gusto de citar mis comentarios en otras situaciones…
Hoy, me ha llegado de repente, sobre todo por los acontecimientos de los últimos días, un dicho muy conocido que reza así:
“solo el que carga el costal sabe cuanto pesa el muerto”
Creo que dentro de la sabiduría popular, ese es uno de los mas sabios, ¿Cuántas veces no juzgamos al vecino por su mala cara, sin pensar que posiblemente este no ande muy bien?, y es que esto va mas allá de un pensar en preguntarle al prójimo que si como amaneció,  por que si bien, podemos hacerlo con toda la buena intención de escuchar, el prójimo puede limitarse simplemente a responder  que bien, simplemente, para ahorrar comentarios sobre el peso del muerto que carga en su costal.
La vida es tan simple desde afuera de las situaciones ajenas a las nuestras, que pareciera una buena fotografia de un paisaje, sin embargo, no tenemos la posibilidad, que, muy posiblemente dentro el arbol fotografiado en el paisaje, haya una familia completa de plagas que terminan con el arbol de adentro par afuera.
Asi terminamos muchas veces nosotros, observando la buena fotografia que es el otro, e incluso envidiando la luz o la forma en la que esta echa, sin ponernos siquiera a pensar en que tambien la fotografia del otro por dentro esta dañada, y que, posiblemente, el envidie la nuestra mas que lo que nosotros lo hacemos con la suya… desgraciadamente, es por que no sabemos cual es el verdadero transfondo de la situación…
Creo que ya me hice bolas, quise decir mucho y no dije nada… supongo que es por que hay demasiado transfondo el que me orilla a escribir estas palabras, transfondo que a decir verdad no me interesa tanto mostrar…

Por ejemplo, yo al respecto tengo una especie de refran, que mas que eso, es como una de mis maximas de vida, y dice asi:
Llora antes de salir de casa, al mundo no le importan las lagrimas ajenas..
Que tan de la mano no va esto con lo anterior?, digo, personalmente, muchas veces el mundo me ha demostrado que realmente no le importa cuanto pese el muerto de mi costal, no es que eso sea bueno, o malo, simplemente es lo que sucede, que por un lado nos topamos de frente con un mundo frio e impersonal, que no se preocupa mucho por los demas, sin embargo, ¿realmente quisieramos que el mundo se preocupara en sobre manera por nuestras cosas? ¿hasta que punto somos tan indiidualistas que no nos importa ni preocuparnos ni que se preocupen por nuestros problemas?

Considero que no hay por que pretender conocer lo que no nos corresponde… por que lo que nos corresponde conocer, simplemente, llegara.
Lo cual por supuesto, no va de la mano con el conformismo entupido que muchos piensan… no todo va a caer a nuestras manos en bandeja de plata… sin embargo, hay cosas, que ni dando todo nuestro reino a cambio… estarán en nuestras manos…

1 comentario:

  1. Es mejor no cargar muertos en el costal...
    ¿Por que no cargar naranjas? Me gustan mas...
    ¿Que tal dulces?

    Por que pesará lo mismo un costal con un muerto que uno con muchos dulces y naranjas... y las naranjas nos son provechosas, y cuando decidas que has caminado mucho cargando tu costal, pues sacas una naranja, te la comes y continúas...

    Bueno, podemos llevar muertos y naranjas, así la carga será mas llevadera...

    Tratemos por lo tanto de no ser para los demás un muerto que tengan que cargar, sino de ser para aquellas personas que nos rodean algo que, aunque a veces pese, no se lamenten de llevar a cuestas.

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