jueves, 21 de octubre de 2010

libre

Hay unicamente dos tipos de instantes en los que soy tan yo, que realmente puedo decirme libre… curiosamente, esos instantes, son instantes desnudos.
El primero que puedo recordar es en la ducha, es ese instante sublime en el que el agua resbala por mi piel,  por la piel de mi cuerpo desnudo, tan desnudo como puede serlo mi alma, como lo es en ese momento, tan libre, que no puede haber atadura alguna, ni de ropa, ni de pensamiento, nadie me observa, por eso soy yo misma, nadie puede reírse de mi y mis cosas buenas o malas, nadie es capaz de robarme ese instante, tan privado e intimo, que puedo reir llorar o simplemente sentarme a enjabonar mi piel sin las prisas de un reloj…
El segundo tipo de instantes, son instantes como este, donde, bajo la sombra de un árbol acompañada de mi música, es aquí donde puedo escribir lo que yo quiera, sin tapujos.
Libre, tan libre de pensamiento que mi alma puede volar, sin pensar en que la sociedad pueda reclamarme por lo que soy.
Libre!, de renglones, o reglas gramáticas, libre de pensamiento, de alma, de escribir entre estas letras lo que en realidad soy … mejor dicho, libre, para simplemente ser.
En momentos como este, pienso en la búsqueda de un tercer instante de libertad, uno en el que pueda escribir con las caricias de mis manos sin tapujo alguno, usando el cuerpo como papel.
Buscare ese tercer instante, en el que tenga libertad, sin soledad, desnuda, de cuerpo y alma, desnuda, escribiendo secretos a base de caricias, compartiendo secretos, en base a la vida.
Ya tengo el ideal de aquel libre instante… solo me falta ese instante en la realidad.

8.      Nunca se a ciencia cierta quien soy

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