Matachines...

Y al final, después de tanta violencia encontrada en la frontera, se topa uno con la única manera que la gente tiene de sobrellevar lo que vive: la fe.

En la búsqueda por un mundo mejor, las personas ofrecen lo que pueden, lo que tienen, aquel que posee dinero, ofrece un templo rodeado de oro y diamantes, aquel que tiene poder ofrece a Dios todos los tramites burocráticos, sin el menor problema… pero aquel que solamente tiene fe,  ¿Qué puede ofrecer?, si el mismo piensa que no es de el, sino de Dios… solo queda ofrecerle su danza

Ofrece su danza a Dios, en búsqueda de un mundo mejor, matachines, combinación por demás hermosa de tradiciones, creación sublime de la religión española con el rito danzante indígena, y la comodidad ofrecida por el calzado norteamericano y sus camisetas.

Compás marcado pasó a paso por el corazón lleno de fe, expresado golpe a golpe por el sonoro retumbar de los tambores y las maracas, traducido en los pasos de baile.

Danza mágica llena de pasión, culminante como un rosario, en un beso a la imagen sagrada de la virgen de Guadalupe, y otro, no sin menos respeto, a la imagen del patron del equipo, como fiel santo intercesor ante nuestro señor.

Ante la terrible situación violenta que algún extranjero  idiota llevo a aquel escondido pueblo de la frontera de México, lo único que nos resta es invocar a la virgen María, después de todo, si fue la primera bandera, la suma emperatriz de America ¿Qué nos hace creer que esta ves no inercedera por nosotros?.... personas humildes, vestidas de pachuchos disfrazados de indios, llenos de cascabeles y distinguidos con una camiseta impresa de los demás grupos, ofrecen de esta forma una aportación a su cultura, además de deporte y unión familiar… ofrecen pues, una vía mas para dar la paz que necesita este lugar…

Las personas sin importar raza, edad o género ofrecen una danza larga, sin descanso, comunicándose a través de los pies lo que el tambor marca, ofrecen mas que eso, ofrecen el corazón lleno de jubilo sin necesidad de palabras o dinero… son personas que, como el niño del tambor no pueden ofrecer nada mas que sus movimientos hasta que el cuerpo aguante, y siempre un poquito mas.

Tambores llenos de magia que nos mueven el alma, rostros fieros unidos en santa paz, sin importar un ayer.

2.      Me gusta disfrutar de los árboles